Hace dos días que no escribo en el blog, pero no me ha quedado tanto tiempo para escribir. En el aeropuerto de Berlín esperaba que hubiera Internet para poder actualizarlo, pero bueno no había. ¿Qué les puedo decir de Berlín? Es una ciudad maravillosa así de sencillo. Ninguna ciudad de Estados Unidos me ha gustado tanto como Berlín.
Desde el momento que llegue a la estación de tren en Alexanderplatz me quede con la boca abierta al ver el Fernsehturm, mejor conocido como la famosa TV Tower. La ciudad parecía escenario de película navideña, pues estaba totalmente decorada con árboles gigantes, luces, proyecciones, uno que otro nacimiento y en casi todos los lugares que pasábamos había una que otra feria navideña. El ambiente navideño creo que influenció el hecho que nos haya gustado mucho la ciudad.
Además el hecho que Berlín es una ciudad con mucha historia creo que me encantó, ya que Historia siempre ha sido una de mis materias favoritas. Aprendí tantas cosas de la Segunda Guerra Mundial y la Guerra Fría que jamás había en ningún libro que había leído antes, pero eso no importa porque NUNCA hay tanto o demasiado que aprender. Yo pienso que si no sabemos de historia jamás vamos a aprender de los errores que sociedades pasadas han cometido y la barrera de hacer este mundo un lugar mejor se incrementa. ¿A qué lugar no nos llevo nuestro guía Marcin (mi co-año de Polonia que conoce Berlín con la palma de su mano)? Nos llevo a la Puerta de Brandenburgo, Checkpoint Charlie, Isla de los Museos, el Parlamento, el estadio Olímpico, el famoso muro de Berlín, la parte cosmopolita de Berlín, entre otros.
De poquito a poquito, conocimos todo Berlín y cada segundo o vez que nos perdimos buscando el metro o tranvía valió la pena. Ahora que estoy en Amsterdam puedo decir: ¡sobreviví la primera ciudad! Creo que el hecho que Berlín me encantó demasiado no fue influenciado por mi obsesión por el chocolate alemán, mi pasión y apoyo incondicional a la selección de fútbol alemana en la Euro y el Mundial o porque me gusta la ropa Adidas. Simplemente me gusto el lugar. ¡ICH LIEBE BERLÍN (I LOVE BERLÍN)!